La última fase de construcción de la planta piloto procesadora de litio avanza a buen ritmo en el Salar de Uyuni (Potosí, sur), aseguró la dirección de Recursos Evaporíticos de Bolivia.El gerente del proyecto de industrialización de Recursos Evaporíticos de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Luís Alberto Echazú, ratificó que la fábrica comenzará a operar a fines de septiembre.
En sólo dos años se avanzó en obras civiles, que están en el 85 por ciento de construcción; ya se concluyeron las tres primeras piscinas, que son las que empezarán con el proceso de evaporación, explicó.
Según la autoridad, la última semana de septiembre venidero comenzará la primera etapa de evaporación, por lo que las plantas ya deberán estar concluidas para producir cloruro de potasio y después carbonato de litio.
Además, Echazú anunció que la empresa finlandesa European Batteries está interesada en montar un laboratorio de investigación electroquímica para baterías de litio en la nación suramericana.
Ya se establecieron los primeros contactos para establecer un laboratorio, pero debemos seguir pasos, porque primero tenemos que tener carbonato, luego litio metálico y luego las baterías, dijo.
Litio en Afganistán
Hace días atrás el director de la Unidad de Recursos Evaporíticos, Alberto Echazú, al hablar del hallazgo de litio en Afganistán calificó de un anuncio político que busca apoyo político para que “el imperio norteamericano permanezca invadiendo ese país”.
Además ratificó que una posible explotación de litio en ese país es incompetitivo con el litio del salar de Uyuni, porque es más costoso explotar en mina que en salmueras.
El artículo, de unas 1.500 palabras, basado casi enteramente en fuentes del Pentágono y presentado como título principal de una compilación de noticias sobre seguridad nacional, señalaba que Afganistán podría tener cerca de un billón de depósitos minerales sin explotar.



En el momento más inesperado el medio de comunicación y espectáculos TMZ dio a conocer la muerte de Michael Jackson, en su mansión de Holmy Hills, en Los Ángeles. La polémica de esta muerte no fue sólo por la pérdida, sino además por las razones, ya que esta desgracia dejó al descubierto la adicción que el cantante tenía al Demerol, un analgésico que su doctor personal Conrad Murray, negó haberle inyectado. Sin embargo, dos días después de la muerte de MJ, Murray reconoció haber administrado a petición cantante una dosis de propofol, un analgésico del mismo estilo.


















