A pesar de que, durante el último año, Ke$ha ha pasado de ser una mera aspirante a convertirse en una estrella del pop en toda regla, su nombre sigue asociado al escándalo y la provocación. Su última salida de tono sucedió dos minutos antes del final de 2010, y fue vista por millones de espectadores norteamericanos.La cadena de televisión ABC estaba emitiendo un especial de fin de año, y en su segmento final, el presentador comenzó a preguntar a los asistentes, celebrities incluidas, cuáles eran sus buenos propósitos para el nuevo año. Cuando le tocó el turno a Ke$ha, la cantante, ni corta ni perezosa, respondió: "Mi propósito es no convertirme en una gilip*llas", ante el asombro del presentador y de los cientos de espectadores indignados que inundaron de llamadas y mensajes de queja a la cadena de televisión.
Pero la cosa no queda aquí. Un par de horas antes, durante su actuación en dicho programa, la artista sacó al escenario a un bailarín disfrazado de Santa Claus, caminando a cuatro patas y atado con una correa de perro, y gritó al público: "¡Tenéis que convertir al 2011 en vuestra perra!"
Para un espectador español la cosa no sería para tanto, pero tenemos que recordar que en la puritana cadena ABC, orientada al público familiar, está terminantemente prohibído decir palabrotas en pantalla.
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