Sólo 24 de 177 diplomáticos de la Cancillería son profesionales

Sólo 13,5% de los funcionarios especializados del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia son diplomáticos de carrera, según consta en las planillas oficiales del servicio central de la Cancillería, a las que tuvo acceso Página Siete. En las embajadas y consulados en el exterior, el porcentaje es aún menor y sólo Roberto Calzadilla, embajador en Holanda, tiene carrera diplomática. Sobre estos datos, la diputada masista Ingrid Loreto, presidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara Baja, admitió que lo ideal sería tener más empleados sean profesionales, pero a la vez advirtió que la mayoría de los diplomáticos de carrera en el país son contrarios a la línea del Gobierno y tienen “taras que no quieren cambiar”. Mientras tanto, el ex canciller Armando Loaiza lamenta la situación y sostiene que no se puede poner el manejo de la política exterior del Estado en manos de gente sin la suficiente capacitación. Cifras De los 307 funcionarios del servicio central de la Cancillería, 177 tienen cargos para los que se requiere formación especializada, pero sólo 24 de ellos cursaron la carrera diplomática, según evidencia el documento. También se observa que los ítems más altos están destinados al personal sin carrera. Los diplomáticos que aún trabajan en la Cancillería están ubicados entre el nivel cuatro y el 17 de la escala salarial. En los tres niveles salariales superiores -los de mayor monto- figuran 42 funcionarios, desde el ministro David Choquehuanca, pasando por viceministros, directores generales y asesores contratados, casi todos sin estudios diplomáticos. Asimismo, apenas uno de los 24 diplomáticos tiene rango de “ministro de primera” (nivel siguiente al de embajador, según la Ley 1444); los demás ocupan rangos inferiores y de poca influencia. En el exterior, entre las 34 embajadas y representaciones permanentes, y en todos los consulados que funcionan en forma separada a las embajadas (Argentina, Perú, Brasil, España y Estados Unidos), no trabajan más de un veintena de diplomáticos de carrera, según información de fuentes de la Cancillería que pidieron reserva de su identidad. En las embajadas, los diplomáticos de carrera ocupan puestos de poca relevancia; el resto está conformado por invitados o allegados al MAS. Al analizar el caso, Loaiza agregó que “se debe despolitizar el servicio diplomático porque defiende los interese del Estado boliviano y no de determinados gobiernos”.