"Mi vida está llena de dramas y no tengo tiempo para preocuparme por algo tan insignificante como la apariencia física", así respondía Adele a la entrevista de Rolling Stone al ser preguntada por su peso."No me gusta ir al gimnasio. Me gusta comer comida rica y beber buen vino. Incluso si tuviera buen tipo, no creo que me dedicara a enseñar por ahí el culo y las tetas”, aclaraba.
El idilio entre Adele y la báscula viene de lejos... Hace poco, pudimos ver a la intérprete de Rolling In The Deep vistiendo un par de leggins y un abrigo ajustado. Paseaba con su perro Louie por el barrio londinense de Nothing Hill cuando fue sorprendida por las cámaras, que captaron su imagen visiblemente más delgada.
Después de comprar un café, el trío formado por su novio (Simón Konecki), un amigo y su mascota, hizo algunas compras. A pesar de que la temperatura no era tan fría, Adele nunca se quitó su atuendo invernal.
Madonna, a la defensiva
La reina del pop calificó de "ridículas" las declaraciones que recientemente hizo el diseñador Karl Lagerfeld sobre el sobrepeso de la cantante inglesa, y aseguró que las medidas de la joven son totalmente irrelevantes.
"Me parece horrible. Es la cosa más ridícula que he oído en mi vida. Odio cuando se critica a alguien sin ninguna razón aparente. Adele es una artista brillante y su peso nada tiene que ver con su valía", señaló la diva en el diario The Sun.
Pero, algo que nos importa más que su peso, es su voz. Al parecer, la cantante ya se encuentra bastante mejor de salud, después de haber sido intervenida quirúrgicamente por problemas en las cuerdas bucales.
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