El tantra yoga lleva la práctica sexual a otro nivel

“El tantra yoga utiliza el acto sexual para un deleite cientos de veces mayor a la sexualidad conocida, incluso mucho mayor a lo que pregona el Kama Sutra. No hace otra cosa que enseñarnos cómo lograr vibrar en el orgasmo energético, psicológico, espiritual y cósmico”, dice el biopsicoterapeuta Luis Muñoz, instructor de esta disciplina milenaria. Esta práctica de raíz oriental, conservada por grupos y sociedades herméticas, permite el uso cabal de las energías sexuales que posee cada individuo para que, al experimentar la “magia del paroxismo sexual”, pueda hallar un equilibrio físico, mental y espiritual en su vida. Para esta disciplina existen tres tipos de sexualidad: la infra, referida a la aberración sexual; la “normal”, que es la que comúnmente se practica; y la supra, que usa el potencial de la energía sexual para multiplicar el goce, la satisfacción y la plenitud en este ámbito. Un informe sobre bienestar sexual, elaborado este año a partir de una encuesta realizada a 29.000 personas de 35 países del mundo, revela que las relaciones sexuales duran en promedio 15 minutos. Sin embargo, a través del tantrismo se puede experimentar placeres mayores y por largas horas. Y no sólo eso. Esta disciplina va de la mano de la psicología transpersonal, que ayuda a formar seres humanos conscientes de sí mismos, de la naturaleza, sus semejantes y el universo. El tantra yoga, dice Muñoz, también puede minimizar los procesos de fecundación y, por lo tanto, asegura el biopsicoterapeuta, es una herramienta para el control de la natalidad. Esto, a su vez, evita el uso de elementos antinaturales en el cuerpo y el consumo de anticonceptivos. También reduce los dolores menstruales, permite partos sin dolor y puede “elevar” la inteligencia y la sabiduría de la persona que lo practica con disciplina. “Hay muchas posiciones con las que puedes hacer disfrutar plenamente a tu pareja. El tantra yoga te rejuvenece, te energiza, despierta tu capacidad intelectual y tiene un poder curativo físico y espiritual. Es una forma de reavivar el fuego en tu relación”, explica Gonzalo, quien lleva 12 años de práctica. Esto se logra mediante ensayos, ejercicios, prácticas y entrenamientos, en los cuales se readapta esa fuerza energética sexual, para que ya no tenga un efecto efímero y centrífugo, es decir, hacia afuera, explica Muñoz. Hay cientos de ejercicios físicos, respiratorios y de meditación, que incluyen la música y la danza, para lograr una catarsis de todos los “venenos” físicos, mentales y emocionales con los que se lidia diariamente. En esta práctica también se realizan trabajos con la pareja vestida, para que aprendan a canalizar la energía sexual, sin necesidad de la penetración. El tantra no sólo significa sexualidad; esta ciencia-arte también puede ser practicada de forma comunitaria y en familia, como un medio para potencializar la salud y el equilibrio psicológico. “Es una experiencia totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, y es difícil asimilarla si no tienes una comprensión general de lo que implica; por eso es importante informarse al respecto”, dice Jorge, quien lleva tres décadas de práctica, y agrega que con el tiempo uno puede notar los cambios en la relación, la vitalidad y la salud. Condiciones Según el especialista, para incursionar en esta disciplina, la pareja primero debe cambiar su forma de pensar, sentir y actuar respecto a las relaciones sexuales. “Ambos necesitan tener criterio, discernimiento, compresión y sentido común. Es importante reivindicar el valor de la mujer, para dejar de usarla como un objeto, que es lo que vemos por influencia del machismo”, agrega. El estudio sobre bienestar sexual indica que, a nivel mundial, el 84% de los hombres alcanza el orgasmo fisiológico durante sus relaciones sexuales, frente a un 45% de las mujeres. Esto se debe a que la mujer precisa de más tiempo durante el encuentro sexual y con el tantrismo el hombre aprende a crear un momento de disfrute mutuo. Sin embargo, se deben cumplir algunas reglas. Por ejemplo, no se permite tener relaciones sexuales con penetración durante el proceso de menstruación de la mujer, ni tampoco a otra hora que no sea durante la noche. Pero la práctica de energía tántrica , que incluye por ejemplo caricias y besos, puede realizarse a cualquier hora del día. Otro aspecto para considerar es el ambiente. No se debería tener sexo en la habitación donde se duerme, sino, en la medida de lo posible, en un lugar que sea exclusivo para esta práctica. Además es ideal poner música y perfumes para acompañar el proceso, y el masaje es un proceso significativamente importante, integrador y preliminar. Este ambiente, coinciden Jorge y Gonzalo, ayudará a que la pareja entre en confianza durante el encuentro sexual y pueda captar “una atmósfera de éxtasis y placer indescriptible”. Cuanto más entrenamiento, los resultados y beneficios serán más evidentes. Es que “el yoga sexual invita a jugar con todos los sentidos, a recrear todos los afectos para descubrir nuevas sensaciones, ciento de veces más hermosas y sublimes que lo que conocemos”, concluye Muñoz.