Por increíble que parezca, después de más de treinta años en el mundo del espectáculo, Madonna no ha perdido un solo ápice de su capacidad para generar polémica. No hace ni una semana que arrancó la nueva gira de la Reina del Pop, y ya se ha ganado la enemistad de una de las principales figuras políticas de Francia, la líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen.Resulta que el recién inaugurado MDMA Tour, además de contar con los grandes éxitos de la artista una puesta en escena impresionante y coreografías de escándalo, también viene cargado de contenido político. No en vanto, la cantante eligió iniciar su gira en Tel Aviv, desde donde instó a israelíes y palestinos a dejar atrás sus diferencias en pos de la paz. Pero también aprovechó para lanzar un ataque velado contra figuras como la republicana Sara Palin, el presidente chino Hu Jintao o la propia Le Pen, cuyo rostro apareció sobre las pantallas con una esvástica nazi y un bigote hitleriano superpuestos. El asunto no ha sentado nada bien a la hija de Jean Marie Le Pen, quien, además de amenazar a Madonna con una demanda, le ha dedicado las siguientes palabras: "Hay cantantes viejas que, con tal de que hablen de ellas, recurren a cosas extremas."
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