Con mucha alegría estamos conociendo noticias alentadoras respecto a la explotación del litio en el salar que , esta vez si, parecen que se harán realidad, sin embargo ¿cuanto beneficio podemos esperar de esta situación? pensemos un poco en esto y tomemos como ejemplo la explotación del turismo, si bien no podemos comparar un recurso no renovable con otro renovable, recordemos como era Uyuni antes del boom del turismo y como es ahora.
Los uyunenses que vivian en esa tierra cuando la mayor actividad económica dependía del ferrocarril y su maestranza, recuerdan con añoranza esta tierra por la hermandad cariño, cordialidad y hospitalidad que existía en todos sus habitantes, tan grandes eran estos valores que personas ajenas o transeúntes, que por azares del destino llegaban a esta ciudad, eran bien recibidos sin importar su estatus social.
La delincuencia era mínima, ya que se tenía solo dos policías que bastaban para solucionar los casos que se presentaban y que, en la mayoría de los casos, eran esclarecidos por los mismos habitantes de nuestra querida tierra. Tal era la seguridad que existían situaciones donde personas que habían bebido con exceso, despertaban en la cama de su domicilio u hotel con todas sus pertenencias intactas y al preguntar al administrador del alojamiento, recibían por respuesta que una o varias personas las habían traído y dejado en su habitación.
En cuanto a los servicios básicos, si bien tenían sus problemas, eran los adecuados para la época, las calles eran limpias, ya que los vecinos aprovechaban las primeras horas de la madrugada para barrer sus aceras, la actividad deportiva y cultural era variada y permanente.
En la actualidad los uyunenses que vuelven de visita a su terruño, observan que todos esos valores se han perdido o han cambiado, debido a la sorpresiva actividad turística que, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en el corazón y los pulmones de nuestra tierra.
Muchos seguro piensan que estos cambios son normales y es la factura que pasa el DESARROLLO a una población o ciudad, sin embargo el cambio no debiera ser dramático ni traumático, ya que ahora hay que tener agallas para circular por la noche, ya que uno es susceptible a ser atracado o golpeado, hay que tener cuidado de no pisar desechos o basura en las calles, no se pueden planificar actividades con seguridad, debido a que en cualquier momento se corta la luz y esto puede durar días o puede ser que lo que se corte sea el agua y uno tiene que bañarse como pueda.
Tratando de ser ecuánimes, no podemos culpar a nadie en particular de esta situación, ya que todos tenemos parte de culpa, gran parte de ella la tienen las autoridades que a su momento estuvieron al mando de la alcaldía, la sub-prefectura (Antes) y los coterráneos que dirigían las organizaciones cívicas y políticas de Uyuni y que no hicieron nada para mejorar esta situación, otra gran parte de la culpa la tienen los beneficiados por el turismo, salvo honrosas excepciones, la mayoría de las agencia de turismo, hoteles y alojamientos que usufructúan de esta actividad sin dejar nada para nuestra tierra y por último los residentes uyunenses en el país que solos o con los centros de residentes no hicieron mucho o nos refugiamos en un no importismo y no cuestionamos en la debida forma este mal desarrollo o no colaboramos para que esta situación mejore.
Por eso me pregunto ¿La explotación del Litio es una buena noticia?, y yo creo que efectivamente lo es si es que planificamos adecuadamente la importancia de esta nueva actividad económica en el desarrollo de Uyuni,
Estamos a tiempo de aportar con proyectos de desarrollo urbano basados en los ingresos que existirán por la explotación del Litio, para no tener que buscar soluciones de emergencia o parches para alivio momentáneo, cuando se presenten problemas.
Hagamos todos el esfuerzo por hacer de La explotación del Litio, una buena noticia para todos los uyunenses que amamos esta tierra y que queremos lo mejor para ella
Fuente: Daniel Oscar Flores Vargas
Los uyunenses que vivian en esa tierra cuando la mayor actividad económica dependía del ferrocarril y su maestranza, recuerdan con añoranza esta tierra por la hermandad cariño, cordialidad y hospitalidad que existía en todos sus habitantes, tan grandes eran estos valores que personas ajenas o transeúntes, que por azares del destino llegaban a esta ciudad, eran bien recibidos sin importar su estatus social.
La delincuencia era mínima, ya que se tenía solo dos policías que bastaban para solucionar los casos que se presentaban y que, en la mayoría de los casos, eran esclarecidos por los mismos habitantes de nuestra querida tierra. Tal era la seguridad que existían situaciones donde personas que habían bebido con exceso, despertaban en la cama de su domicilio u hotel con todas sus pertenencias intactas y al preguntar al administrador del alojamiento, recibían por respuesta que una o varias personas las habían traído y dejado en su habitación.
En cuanto a los servicios básicos, si bien tenían sus problemas, eran los adecuados para la época, las calles eran limpias, ya que los vecinos aprovechaban las primeras horas de la madrugada para barrer sus aceras, la actividad deportiva y cultural era variada y permanente.
En la actualidad los uyunenses que vuelven de visita a su terruño, observan que todos esos valores se han perdido o han cambiado, debido a la sorpresiva actividad turística que, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en el corazón y los pulmones de nuestra tierra.
Muchos seguro piensan que estos cambios son normales y es la factura que pasa el DESARROLLO a una población o ciudad, sin embargo el cambio no debiera ser dramático ni traumático, ya que ahora hay que tener agallas para circular por la noche, ya que uno es susceptible a ser atracado o golpeado, hay que tener cuidado de no pisar desechos o basura en las calles, no se pueden planificar actividades con seguridad, debido a que en cualquier momento se corta la luz y esto puede durar días o puede ser que lo que se corte sea el agua y uno tiene que bañarse como pueda.
Tratando de ser ecuánimes, no podemos culpar a nadie en particular de esta situación, ya que todos tenemos parte de culpa, gran parte de ella la tienen las autoridades que a su momento estuvieron al mando de la alcaldía, la sub-prefectura (Antes) y los coterráneos que dirigían las organizaciones cívicas y políticas de Uyuni y que no hicieron nada para mejorar esta situación, otra gran parte de la culpa la tienen los beneficiados por el turismo, salvo honrosas excepciones, la mayoría de las agencia de turismo, hoteles y alojamientos que usufructúan de esta actividad sin dejar nada para nuestra tierra y por último los residentes uyunenses en el país que solos o con los centros de residentes no hicieron mucho o nos refugiamos en un no importismo y no cuestionamos en la debida forma este mal desarrollo o no colaboramos para que esta situación mejore.
Por eso me pregunto ¿La explotación del Litio es una buena noticia?, y yo creo que efectivamente lo es si es que planificamos adecuadamente la importancia de esta nueva actividad económica en el desarrollo de Uyuni,
Estamos a tiempo de aportar con proyectos de desarrollo urbano basados en los ingresos que existirán por la explotación del Litio, para no tener que buscar soluciones de emergencia o parches para alivio momentáneo, cuando se presenten problemas.
Hagamos todos el esfuerzo por hacer de La explotación del Litio, una buena noticia para todos los uyunenses que amamos esta tierra y que queremos lo mejor para ella
Fuente: Daniel Oscar Flores Vargas
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